miércoles, 12 de junio de 2013

Transeuntes

Hoy me declaro,
ante todo, noctámbulo
e inmune
a cualquier dogma.

Hoy dictarán
mi sentencia
hojas secas,
álamos desnudos
y peatones sin rostro.

Siempre, al cruzar
el primer semáforo,
nos espera el terrible insecto
de la nostalgia
para inyectar recuerdos
de temores más leves
que los que hoy
nos asedian.

Pablo Velasco

lunes, 10 de junio de 2013

Project

Aquí tenéis dos fotografías pertenecientes al ultimo proyecto fotográfico realizado por Ángel Cadenas y Sergi Planas.  Se trata de una visión extrema de la situación actual en la que se encuentran los personajes de nuestros cuentos infantiles.


"Cuando falleció Gepeto, nuestro amigo Pinocho se crío en un centro social de protección del menor, y creció sin ningún apoyo familiar. Finalmente cayó sumergido en el mundo de la droga y le pidió al Hada Mágica que convirtiese su nariz de nuevo en madera, que se estaba quedando sin tabique."


"Para besarte mejor. Caperucita creció, se hizo adolescente y como todas las adolescentes se engancho a la famosa y ya conocida por todos, La Saga Crepúsculo. Influenciada por la temática de estos libros en los que los vampiros de enamoran y los hombres lobos hacen que mojen las bragas. Caperucita transformo su mayor peligro de su infancia en su mayor fantasía."



Idea Original y descripciones: Ángel Cadenas
Fotografía: Sergi Planas Y Angel Cadenas





viernes, 7 de junio de 2013

La Luna en el Fregadero

Vi el reflejo de la luna en el fregadero
y supe que aún estaba enamorada de mí,
pero yo ya no la quiero a ella.
Viste el reflejo de mi sol en los charcos
y supiste que aún te busco en las colinas,
pero tu ya no esperas mis rayos.
Verá el reflejo de tus estrellas en los vasos
y sabrá que aún tiemblas por él,
pero él se beberá el vaso y no quedará reflejo.
Hoy comprendo en el fregadero
que somos todos imagen de lo que buscamos
y reflejo de lo que perdemos,
que todo lo que queremos cabe en un charco
y que en todo el mar solo se refleja el cielo,
que después de toda tu imagen solo me queda
la luna llena en el fregadero.

Antonio García Vázquez

martes, 4 de junio de 2013

Ciudades Suicidas

Hoy hay ciudades de andamio
en las que los polluelos pían al abismo
suspendidos en cornisas de duda,
y solos,
siempre muy solos.
El transeúnte medio odia la compañía
y toda la compañía odia al transeúnte,
por eso las gentes caminan perdidas
pisando palomas muertas de miedo,
y solas,
siempre muy solas.
Los ojos de las fachadas lloran los Lunes
y el resto de la semana ni se abren,
pues los andamios tan inexactos aterran
incluso al más alto de los rascacielos,
que mueren de frío entre nubes,
y solos,
siempre muy solos.
Las palabras de amor de un niño perdido
caen sin remedio como un polluelo muerto
y quedan sepultadas bajo caminantes
mientras lágrimas de cemento las bañan.
Entonces el amor pavimentado germina,
pues toda semilla lo hace,
e intenta brotar hacia el cielo de cornisas,
pero no hay amante que lo riegue
y la flor se queda mustia,
y sola,
siempre muy sola.

Antonio García Vázquez

martes, 28 de mayo de 2013

Desafiando un tópico.

Jamás pensé en cautivarte
-o, al menos, acceder a la
llave que abriera el cerrojo
que custodia ese tesoro,
para muchos tan preciado:
el aroma de un orgasmo
enterrando sus mayores
                             tabues]-
queriendo ser tu vasallo.

Yo nunca quise que fueras
una donna angelicata,
ni una Laura, ni una Lesbia,
ni una Beatrice si quiera;
ni busqué un locus amoenus.

El tiempo me aseguró
un escondite en tu almohada,
en una remota esquina,
donde se amontona el polvo.

Allí, soy un ácaro más,
un temor minimizado.
 
Pablo Velasco

jueves, 23 de mayo de 2013

Instante apenas

"Desde que te vi, supe que eras de menta"

Desde que te vi
supe que eras de menta
y quise probarte;
y con el tiempo el sabor
fue lo de menos: pude
haber mirado
una -cualquiera- de tus fotos
descubriéndote más allá
de lo que pudieran amar las yemas de mis dedos, 
elevándote a un lugar que
pudiera no corresponderte.
Durante días,
me escondía en la retaguardia
de tus declaraciones; fuiste un templo
en llamas durante demasiado tiempo,
y a mí el fuego, pudo en un instante
parecerme una manera perfecta de amar.
Pero incluso en las palabras a medias,
en la excusa del alcohol,
más allá estaba
la necesidad acuciante de buscarte
y de buscarnos: de creerte;
de creer que en la magnificación
de tu sonrisa desconocida, hubiera algún secreto para mí
permitiéndome que fueras más real
que la mayoría
de las palabras que he podido escribirte 
a lo largo de mi vida.



Francisco Vicente

miércoles, 22 de mayo de 2013

Primeros pasos

Aquí tenéis el primer videomontaje hecho por La Generación del 12. Se trata de un vídeo musical con pequeñas escenas de la vida diaria en las zonas más concurridas de Cartagena, nuestra ciudad.

VER EN HD 
Dirección cámara y producción: Sergi Planas 

martes, 14 de mayo de 2013

Powder


Apenas son suficientes mil años para formar un Estado; pero puede bastar una hora para reducirlo a polvo.
Lord Byron


Fotografía: Sergi Planas Y Angel Cadenas

lunes, 13 de mayo de 2013

Por qué quiero ser poeta

Ojala pudiera ser poeta
y contar como se deshilachan mis ventrículos,
hablar de como el vuelo de la gaviota
me recuerda a la forma en que me has olvidado.
Quisiera ser poeta para cantar sin rima
la canción del dolor de tus palabras
y escupir verso a verso cada lágrima que no mereces.
Si yo hoy fuera poeta hablaría del frío,
de la piedra, del acero, del cobarde cobre,
del vacío... que queda entre tu pecho y tu espalda.
Cuando la poesía sepa algo de ti hablará de pantanos secos,
de ojos oscuros que solo esconden indiferencia avergonzada,
de manos tímidas hasta la cobardía crónica,
pero no sabrá nada de tus besos de algarroba
ni de tu olor a cacao marchito.
El día que sea poeta haré que todas las colinas te olviden,
haré que olviden cada metáfora confesa
y cada palabra de amor alquitranado,
haré tu nombre asonante en todos los versos,
sobre todo en los libres,
y haré de la poesía un arma contra tu recuerdo.
Por eso y por tu culpa,
quiero ser poeta.

Antonio García Vázquez

miércoles, 8 de mayo de 2013

Por el olor de Marsella


"Tratando de no despertarla me senté desnudo en la cama con la vista ya 
acostumbrada a los engaños de la luz roja, y la revisé palmo a palmo. Deslicé la 
yema del índice a lo largo de su cerviz empapada y toda ella se estremeció por 
dentro como un acorde de arpa" Gabriel García Márquez, Memoria de mis putas tristes.


Entré en el Caserón de Santamaría de medio lado, como cayendo a él por capricho de una brisa febril: como caído de la desfachatez de una rama cualquiera, sin pétalos acaso, ni olor a jazmín, ni a lluvia. Era amor recogido en botellines de malta: cuerpos y más cuerpos descuidados de la higiene del alma y los perfumes, destiñendo mercancías vírgenes de todas edades y colores.  Las musas exhibían su potencial e inspiración insinuando los misterios de la carne bajo sus ligas, o mostrando abiertamente el mercal en una deshonrada muestra de total alevosía. Se llenaba de cazadores de almas, comerciantes de una juventud divina entregada al olor del sexo de plástico y las cortinas de tinte burdeos.
Allí estaba Libertine, bella entre todas las putas, esperando al caballero que pudiera pagar por los menesteres agrietados del corazón que percutía en su pecho apenas, más allá del cuerpo: esperando el pacto que pudiera remunerar un par de amores de su vida. Las piernas de los ángeles tienen un precio, y en Francia no llegaba a los veinticinco francos a la hora. No tardé en amarla hasta la locura. Y sé que, en lo más profundo de su pecho adolescente, ella también me amó.

Francisco Vicente

miércoles, 24 de abril de 2013

Extrañísima Figura


Extrañísima Figura

Puedo ver tus muñecas en sus ojos como pechos,
y tu ombligo en el orgasmo escondido en el hueco etimológico de su barbilla,
contando los días como columnas
en las aleatorias quemaduras de cigarro de mis sábanas,
y en el humo que tu cabellera dejó al saltar por mi ventana.

Y aún encalada en yeso y elogios con sordera,
no son tus tobillos los que me aman cuando hacemos el amor arrodillados simplemente
en la abominable tarde del jardín.

Francisco Vicente

martes, 23 de abril de 2013

San Jordi


A oscuras no se puede leer,
pero con la luz podemos sembrar flores de papel,
encender el mundo de letras.

Feliz dia del libro


Fotógrafo: Sergi Planas

viernes, 19 de abril de 2013

Primer retrato de la demencia: Berenice y una barra de labios.

                                                                        " Y en el silencio de mi biblioteca por la noche ella
                                                                           había flotado ante mis ojos, y yo la había visto, no                                                                             como la Berenice viva y palpitante, sino como la 
                                                                           Berenice de un sueño".
                                                                                                                 Edgar Allan Poe
 I

Cuando bajaba las escaleras, mis talones sangraban. Berenice solo contemplaba la imagen, dejando caer levemente su rostro sobre el brazo de aquella escalera de ébano. Mientras me miraba sonriendo, me dio por bajar a romper el silencio que habitaba entre nosotros y esa vieja escalera. Berenice quería mover sus labios empapados en carmín, pero seguía siendo tan tímida que el silencio acabó por temerla. Cuando por fín bajé, ambos pudimos darnos cuenta de que no era carmín lo que bañaban sus labios, sino sangre, la misma sangre que surcaba mis talones, como cataratas deslizándose sobre cada escalón. Era una perfecta simbiosis, sobre la cual pude retener una potente imagen pictórico-poética "el dulzor de mi sangre fundiendose con el negro del ébano y queriendo volver a desembocar en sus húmedos labios". Finalmente supe que Berenice era un leviatán en busca de un lápiz de labios con el que maquillarse, una bestia coqueta, a la que mi sangre no se pudo resistir.

Pablo Velasco

martes, 16 de abril de 2013

Historia de los Hombres con Pájaros en la Cabeza

Era marzo y abril a la vez
y era una vez y todas.
Y hacía frio y tristeza
y un sol apagado y somnoliento.
Era marzo y el cielo sin vestir,
cansado de la pasión del invierno,
cansado de llover y llorar
y de nevar, sobre todo de nevar.
Érase una gente de mes cambiado,
viviendo en un abril de otro tiempo.
Gentes encorvadas y mustias
y viejas y cansadas de andar
entre sus almohadas.
Éranse unos pájaros de pluma,
y unas plumas cómodas y blancas
y suaves y dulces al tacto del labio.
Éranse unas mentes de nido y barro,
y unos pájaros de pluma anidando
y una vida de pájaro en mente
y una jaula de neurona y nido.
Éranse unas gentes con cabeza
y éranse unas cabezas con pájaros,
y éranse unos pájaros que soñaban
con volar y ser más que un sueño.
Era marzo y abril a la vez,
y ningún pájaro emigraba.

Antonio García Vázquez

lunes, 15 de abril de 2013

Plástica


La belleza exterior no es más que el encanto de un instante. La apariencia del cuerpo no siempre es el reflejo del alma.
George Sand


sábado, 13 de abril de 2013

Poema de amor desafinado.

Perdóname
si trazo un boceto de la curva
donde convergen tus caderas,
cuando baje las persianas
y me cubran las sábanas
Perdóname
si planeo hundirme en tus senos,
que ya parecen esfumarse
como aquellos nubarrones
donde dejaba mis temores al remojo.
Perdóname
si te quiero inalcanzable, intangible.
Solo así cobras sentido.
Eres la paradoja que no existe,
la letra ilegible de un verso indeseable.
Perdóname
si bebo ginebra,
para olvidar que existes
a dos manzanas de mi silla.
Perdóname
si maldije que no fueras una puta,
en busca de la esquina
donde rompí este poema,
en el contenedor más próximo.
Solo perdóname
por dejar este poema inacabado,
porque la condición
se ha convertido en hecho.
                               
Pablo Velasco.

jueves, 11 de abril de 2013

Declaraciones del amor cítrico

Te quiero invernadero, acorazada,
creciendo tenue, enredadera,
siendo hongo de mis pies cansados,
volando mariposa por el viento.
Te quiero carcoma, envenenante,
enamorando firme, salamandra,
bebiendo sangre fría de mi cuello,
brotando mala hierba en mi ventrículo.
Te quiero insecticida, opiácea,
polinizando aire, primavera,
existiendo en el estambre enamorado,
besandome llena de amor cítrico.

Antonio García Vázquez

Los segundos no me dejan respirar


Sigo adelante, nada es como antes
y parecía que todo estaba por llegar
M-Clan


Fotógrafo: Sergi Planas

miércoles, 10 de abril de 2013

El Cuento Indescifrable de la Mujer del Bosque de Lilas

A Javier Marín Ceballos


Cubriste tu tripa risueña con abundante piel de melocotón,
y esperaste con los ojos cerrados
a que mis labios se posaran sobre tus rodillas
-mientras llovía en la habitación de al lado-
y que las flores, al fin, de almendro
se posaran en mis párpados inoportunamente
antes del cigarro previsto para el fin de nuestros días.


Francisco Vicente

martes, 9 de abril de 2013

El renacer de los días

Todo lo que se va, vuelve. En aquel mito de Adán y Eva, ellos se iban de la tierra prometida, los desahuciaban, pero entonces fue por error propio. Si a Eva le tocara volver hoy, si su día renaciera hoy, una humanidad después, ¿este sería su paraíso o su infierno? Sinceramente, no lo sabemos, pero si alguna vez existió esa tierra prometida, si alguna vez esto fue un paraíso, volverá a serlo. Todo lo que se va, vuelve.

Angel Cadenas

jueves, 4 de abril de 2013

Monólogo para los lectores

Estimados lectores, esta noche quería aburriros con mis pensamientos, pero de una forma más masticada que la poesía:

Como contadores de historias, los que hacemos este blog, mejores o peores, en fotografía o en papel, pero narradores al final, quería deciros que lo aquí veis, nuestras publicaciones, no son sino nuestras sombras, el trozo de nuestra figura que proyectamos, que se nos sale del cuerpo. Así que no busquéis en las sombras más de lo que pueden daros. ¿Y qué pueden darnos? Poco más que un respiro bajo el sol. Esto que aquí veis solo son ficciones, feas y bonitas, algunas difíciles y otras demasiado simples, pero todas diferentes, ¿o acaso hay dos siluetas iguales? Lo único que las sombras quieren es transgredir, llevando placer más allá del calor del sol, crear un sentimiento, un pensamiento, un recuerdo. Si alguna vez producimos algo distinto, perdón, pero si conseguimos eso que buscamos, regaladnos vuestro aplauso. Y no lo digo yo, lo dice Shakespeare en Sueño De Una Noche De Verano:

"PUCK. Si nosotros, vanas sombras, os hemos ofendido, pensad sólo esto y todo está arreglado: que os habéis quedado aquí dormidos mientras han aparecido esas visiones. Y esta débil y humilde ficción no tendrá sino la inconsistencia de un sueño; amables espectadores, no nos reprendáis; si nos perdonais, nos enmendaremos. Y, a fe de honrado Puck, que si hemos tenido la fortuna de escaparnos ahora del silbido de la serpiente, procuraremos corregirnos de inmediato. De lo contrario, llamad a Puck embustero. Así, pues, buenas noches a todos."

Antonio García Vázquez

miércoles, 3 de abril de 2013

La Mujer y el Árbol


Encontré –sin proponérmelo- una pequeña
pepita de mandarina
con la lengua en una de nuestras inevitables
somnolencias diurnas
y sin despegar la boca de mi espalda
me explicaste con detalle y eufemismo el origen
de tu olor afrutado y de tu nombre.
Debí sospechar cuando desapareciste por los abriles
dejando un rastro de pétalos blancos,
pero el deseo me vuelve ignorante e inocente
cuando te saboreo finísima.

Francisco Vicente

Mirada


"Quién no es capaz de conmoverse ante la mirada de un Niño, simplemente no conoce el Amor"   Jackselins Arteaga


Fotógrafo: Sergi Planas

martes, 26 de marzo de 2013

Cuento del amor de cristal

La encontré llorando,
a la sombra de una grúa,
astillada por una realidad de cobre
que oxida nuestra propia sangre.
Lo amaba, ella lo amaba,
amaba cada jeringuilla de él,
cada gramo de ausencia,
su mirada azul,
su aliento.
El murmullo de los ladrillos
contaba su historia,
la historia de una mujer bella,
buena,
viuda,
la historia de un hombre salvaje,
libre,
drogadicto.

Antonio García Vázquez

martes, 19 de marzo de 2013

Fragmento

Pensó que cualquier excremento literario disfrazado de tópico absurdo le habría de bastar para introducir una presentación previa a su primer poemario. Dejó de escribir y siguió caminando. Se encontraba de nuevo en la calle donde pasó los primeros años de su atormentada juventud. Dispuesto a subir a la antigua casa de sus padres, que acababa de ser demolida hace unos meses, abrió la puerta de aquel portal medio derruido y subió por unas escaleras agrietadas hasta la puerta de piso. Luego, se adentró en el mugriento pasillo y observó un colchón en suma putrefacción al final de éste. Jamás pensó que se encontraría a una mujer en él acostada. Sin duda alguna, había una muchacha pelirroja con unos senos descomunales y una palabra inscrita en el muslo derecho. Su cuerpo etéreo y esculpido en marfil contrastaba con la imagen tétrica de aquel piso. Acercó su vista hacia sus piernas, tratando de leer el tatuaje. Pudo apreciar únicamente un término latino: nihil.
 –¿Qué le parece la introducción a mi novela?
Pregunté al viejo que se sentaba a mi lado en el tren.
–Me parece una autentica mierda, eres un pedante asqueroso. Absolutamente patético.
Me marché de aquel asiento y choqué con una chica en el pasillo del vagón. Fui al retrete que había justo al final del pasillo. Éste apestaba a semen, vómitos y látex. Aquel olor a inframundo no impidió que me bajara la cremallera del pantalón y me masturbara frenéticamente. Al salir del tren me estaba esperando un chico que parecía un toxicómano a simple vista. Era  un  amigo del instituto que se llamaba Alfredo Pedrero.
–Hola, tío –dijo –¿Quieres un cigarro?
Vale. ¿Lucky Strike?
–Por supuesto. Siempre fumo un cigarrillo de estos mientras espero un golpe de suerte
-¡Qué estupidez, joder!
-Sí, es bastante absurdo.
Fuimos a su casa, cerca de la alameda. Cuando subimos, cogimos un par de pintas y nos sentamos en el sofá de su salón. Sacó una bola de papel de aluminio y la abrió. Dentro de ella había una cantidad de marihuana suficiente como para drogar a un centenar de elefantes. Alfredo se acercó a mí sonriendo.
-¿Has probado alguna de estas? Es un tipo de sativa alucinógena.
-No, pero es un buen momento para hacerlo.
 En ese mismo instante sonó el timbre de la puerta. Era otro compañero de instituto, un viejo colega. Se trataba de un tipo bastante peculiar, excesivamente delgado y alto. Se llamaba David Vilchez.
-¡Hola camaradas! –dijo –¿Qué se cuece por aquí desgraciados? Le gustaba sacar de quicio a cualquier ser humano sobre la faz de la tierra, un capullo en toda regla.
–Me gustaría probar esa mierda que has traído
Nos fuimos a un parque cercano y nos sentamos en el césped a fumar. Alfredo abrió un cigarrillo, extrajo todo el tabaco que contenía, sacó el algodón de la colilla y le arrancó un pedazo.
–Preferiría no aliñarlo –dije. Quería probar la intensidad de la sustancia, prescindiendo de tabaco o cualquier otro aditivo.
–¿Estás seguro?
En ese momento desconocía que la dosis era excesiva. Podría producir un efecto similar al del ácido, una completa alteración de los sentidos, una percepción de la realidad absolutamente surrealista.
–Seguro, joder –dije yo.
La situación se tornó psicodélica en exceso. Yo me tumbé en el césped aturdido, cieguísimo. Comencé a acariciar la hierba con asombro. Me sentía ingrávido. Parecía como si la tierra sobre la que me acostaba endureciese por segundos. Incapaz de articular una sola palabra, me agarré fuertemente al tronco de un árbol.
–Es…esto…toy so…bre ro…ca.
-¿Qué dices? ¡Estás muy drogado!
–Digo que estoy sobre roca.
Intenté levantarme, lo conseguí. Iba tambaleándome hacia la fuente,cada vez a paso más lento.
Perdí el sentido del equilibrio y tropecé. De repente, vi pasar infinidad de personas, los cuerpos y los rostros parecían tener forma geométrica. Cuando conseguí llegar a casa, anduve dando círculos durante más de siete minutos. Una vez en la habitación, me eché sobre la cama. Las sábanas parecían más ligeras que nunca. Sentía un temblor en cada extremidad de mi cuerpo. En un torpe intento de acomodrame, caí tendido al suelo. Finalmente, entre vuómitos y alucinaciones, conseguí dormir.

Pablo Velasco.




Noches infinitas

Esta semana, doble dosis de fotografía.




"El sexo aplaca las tensiones, el amor las provoca"   Woody Allen



Fotógrafo: Sergi Planas




miércoles, 13 de marzo de 2013

Pinceau à lèvres...

Mi palabra es aquella de aire hondo, aquella durmiendo, pasión de ave y de selva; aquella que acucia uno de tus sentidos pechos bebiendo, aliviada, tranquila ya: aunando los latidos y los labios.

[XL]

Si mi voz arraigara alguna vez en el lóbulo
dulcemente,
anhelada quizá, manto suave,
solemne aviso de un dormitar lento;

si se despegara, simple, de un labio
y te alcanzara severa,
tránsito más allá de un cuerpo,
divina guía entre vientos
para encontrarte el alma tuya
y respirara, exenta,
te diría, simple, lo verdadero,
lo escondido en estos ojos:
el lamento de una diosa
que no puede oír, ni tocarme.


Francisco Vicente

martes, 12 de marzo de 2013

Bellezas de alambre

Me inundan al pasear
andamios de bambú oxidado,
nado entre olas de alquitrán
y buceo el cemento más crudo,
busco la luz entre las hojas
de latón, alambre y plata,
y encuentro apenas
cadáveres de gorriones,
enrredados en Wolframio.
Decidme ahora,
amantes del celofán,
dónde está la belleza de la tierra gris,
qué puede crecer del tornillo
además de esa hierba mustia vuestra,
qué puede haber detrás del cobre
con el que cerráis las lentillas.
Decidme qué hay de bello en una colilla,
qué hay de bello en el hombre
fermentado...
Porque yo aún veo la belleza en el mismo lugar,
unos ojos pardos
y una piel morena.

Antonio García Vázquez

lunes, 11 de marzo de 2013

Desátate, puedes


"¿Quieres dejar de pertenecer al número de los esclavos? Rompe tus cadenas y desecha de ti todo temor y todo despecho."   Epicteto de Frigia


miércoles, 6 de marzo de 2013

El instante


Las putrefactas y alternas venas húngaras de Pest se adivinaban extraordinariamente grises a sus ojos. Objeto acaso del freno sincopado de unos años llenos de amor y Europa, llenos de poesía y París: llenos de mar, en definitiva.
Se encontraba sentado frente al estampado prosaico del azul que lejos de envolver la pasión de un Danubio desbocado en el más frío de sus inviernos, acontecía y albergaba un gélido aire de pérdida en cada una de sus pinceladas.
El aire desterrado de los antiguos caminó elegante entre los muros de óleo y piedra pulida hasta dormirse plácido en su diafragma hendido. En sus dientes guardaba aún restos de lirios y amapolas de la última vez que encendió su labio un átomo siquiera de aquel pecho alzando los bosques y selvas como espadas en medio de tormentas de arena y cristales empañados.
Era ese azul, aquel azul blanquecino vibrando en incoherente sinestesia, mostrando músicas y metales que punzaban cada célula de su atenta pupila; ese azul que le llevaba la mordedura invicta de una roca desnuda como una musa desquitando su instinto y placeres en el lóbulo de su oreja, infectando de frío la tez de un hombre inevitablemente vencido ante el abismo de una realidad indefinible e inalcanzable, pero tangible.
¿Qué mármol pudo contener en sí mismo tal herética perfección, fetichista visión de la creación absoluta, del azar de un supremo jugando con inepto cincel al rompecabezas del tiempo? ¿No era ella, acaso, un azul cualquiera?
París se vestía de blanco y grises en otoño, como en una moda sugerente. La ciudad rezumaba un erotismo inherente a cada una de sus luces, en cada escalón.
Era el color de la nostalgia, mezcla de lluvia y humo en las manos de un hombre encerrado tras el cristal de un autobús.
Se preguntó, sin embargo, qué tipo de artista cometería tal fascinante disparate. Un beso. Y, sin embargo, Cracovia. Y rojos y verdes por todas partes, y nieves mirando celosas el mercurio de reojo, amenazando con volver mientras dormíamos.
Disparó el aire una vez más. Y los neones eclipsaron corintios el carmín vencido de una boca triste y austera, aunque decorada con gusto exquisito: sólo Chanel y aquel silencio aterrador. Era más que suficiente.

Francisco Vicente

martes, 5 de marzo de 2013

Molinete

Cartagena tiene 5 colinas, 3000 años de historia y un mar. Pero en cada día de esos 3000 años, cada una de sus 5 colinas ve solamente a una pareja de enamorados, enamorarse o dejar de hacerlo, pero siempre frente al mismo mar, siempre en la misma colina:


Anatomías de la ciudad de cristal,
mientras respiras,
envuelven la noche en sombra de neón,
mientras me quieres.
Se levanta una colina oscura,
sola entre cinco,
que mueve entera a una ciudad,
a un mar,
como un molino,
y los hace bailar con tu mirada,
 con tu piel,
con nosotros.
Bebe de la noche y de mi boca,
que el frío no vence nuestra intimidad,
que no hay ninguna nube en el cielo,
para nublarnos,
no hay ninguna luz en la tierra,
para apagarte,
que no hay colina más alta que esta.

Antonio García Vázquez.

lunes, 4 de marzo de 2013

sábado, 2 de marzo de 2013

Pase de fin de semana

Sir Ken Robinson: "Hay demasiada gente que siente que en los colegios no valoran aquello en lo que son buenos. Demasiadas personas creen que no son buenas en nada. Encontrar nuestro Elemento es fundamental para nosotros como individuos y para el bienestar de nuestra comunidad. La educación tendría que ser uno de los procesos principales que nos llevara hasta el Elemento. Sin embargo, con demasiada frecuencia lo pisa y lo reprime."
El poeta irlandés W.B. Yeats, escribió lo siguiente para su amor, Maud Gonne, dónde él lamentaba que no podia realmente darle lo que pensaba que ella quería de él.
'Si tuviese las telas bordadas del cielo, recamadas con luz dorada y plateada. Las telas azules, y las tenues y las oscuras; de la noche, y la luz y la media luz, extendería las telas bajo tus pies.
Pero siendo pobre, solo tengo mis sueños. 
He extendido mis sueños bajo tus pies; pisa suave, pues pisas mis sueños'
Y cada día, en todas partes los estudiantes extendemos nuestros sueños bajo vuestros pies.
Os lo pedimos por favor, pisad suave.

Javier Román


miércoles, 27 de febrero de 2013

Février, la vie, n'est rien


Me despido de febrero, del mes del frío dentro y fuera de la piel. Este frío que es más intenso persiguiendo un marzo inocente, como es la noche más oscura justo antes de amanecer. Despido, pues, los delirios que incansables acompañan al mes de los poetas: el mes de las madres, sin saberlo, de las amistades largas. El mes para un mar diferente, del olor de las almendras amargas con sabor de selva. Me despido, como cada año, de este febrero que es nuestro: un febrero que, al fin, no es sino un febrero cualquiera.


FEBRERO, SIN EMBARGO

"Te llaman porvenir porque no vienes nunca." Ángel González.

Cuánto añoro tu raíz insípida,
cuánto, tu piel translúcida.
No eres, en esencia,
nada.
Pero cuánto echo de menos tus ojos
en estos tiempos opacos.
Cuánto tu luz incolora
en este angosto rincón del hombre.
¿Qué saben ellos del frío
o de la tierra que mancha mis manos?
No conocen la caricia de un mar
ni el remanso de tu pecho
revelándose como un sueño:
un sueño, amor,
                          que no es
                                          en esencia
nada.


Francisco Vicente

martes, 26 de febrero de 2013

El secreto de la gaviota

Maldita gaviota que domas el aire,
dime cuál es tu secreto,
maldita luz casada con la sombra,
dime dónde está vuestro amor,
maldito ladrillo que aguantas el tiempo,
dime cuándo serás escombro,
maldita luna que sales de día,
dime quién teme a la oscuridad,
maldito hombre que empuñas un fusil,
dime por qué matas gaviotas.

Antonio García Vázquez

lunes, 25 de febrero de 2013

miércoles, 20 de febrero de 2013

Esencia, pues.


Mi alma desconoce el joven culmen de su diferencia, carece de nombre, mas tiene identidad, algo que el hombre confunde constantemente en el tiempo en el que vivo.


A MI LETRA, LA F

 Un viajero estático y solitario, quizá, me llaman,
o un misántropo atípicamente social y entregado;
a veces incluso poeta cuando se les llena la boca,
lapidario y emblemático del bohemio sin honra;
pero nunca jamás,
verdaderamente
llamaron mi ser,
mi existencia o mi destino, como el de un hombre.
¿Y acaso no era yo más humano, siendo menos,
que aquel que sin ser nada, era más que nadie
a ojos dichosos?
¿Y acaso no era
pues, mi dicha
más incluso, más
aún que la dicha
breve de quien
recibe en lecho
algún mal nombre,
o acaso otra letra,
qué mismo, aquella
letra que le vio nacer?

Francisco Vicente

martes, 19 de febrero de 2013

Vómito Enamorado

Podéis rugir cuanto queráis con vuestros estómagos mugrientos
mas no esta noche
no para mis oídos calcinados,
pues aún reside en ellos la llaga de vuestro odio
que despide un olor gástrico
de gástrica rebeldía
y gástrica rabia.
Aún existe en mis cobrizos pies la huella de vuestro paso,
agujereados por vuestra violenta carcoma,
vuestra violenta y ulcerante carcoma
que vive en el interior sedimentado
de mi orgullo de hombre libre,
que son mis castigados pies.
Sigo cantando con este rumor de musgo en mi voz,
pero es un musgo gris y maloliente
que vive de la simbiosis con mi olvido
provocada por mi insalubre amor hacia tí,
pantano de ojos oscuros.
Por eso déjame hoy pudrirme entre tus aguas
que quiero fermentar entre tus labios para siempre,
déjame ser libre entre tus mustios juncos,
que yo ya no vivo del aire
que ahora mi oxígeno eres tú,
maldito pantano de sangre.

Antonio García Vázquez

lunes, 18 de febrero de 2013

Rich


"El derecho al derroche, privilegio de pocos, dice ser la libertad de todos."   Eduardo Galeano



Idea: Ángel Cadenas
Fotógrafo: Sergi Planas

viernes, 15 de febrero de 2013

Un viaje a los sentidos putrefactos

VIAJES TÉTRICOS

¿Cómo crees que el veneno hostil penetra,
sin rumbo alguno, las paredes ciegas
de su cráneo mugriento y lo devora?
A trozo por nervio, medida oculta
entre besos y orgasmos tersos, su piel.
¡Vuelve fúnebre como nunca eres,
con nocturnos senos de cal y tiza!
Ya riegan tus lagrimas mi intestino,
que escapa aciago, húmedo, borracho,
labio a labio entre piernas de cemento.
¿Cuál es el olor mudo en tus palabras?
El del sabor a un cuerpo dúctil,
                                                         sordo.
Pablo Velasco

miércoles, 13 de febrero de 2013

Tied


"No soy dueño de mí mismo ni voy donde a mí me agrada, atado llevo el deseo al hilo de tu mirada."  Salvador Rueda

Fotógrafo: Sergi Planas


Notre distance dans une boîte bleue


Y si estamos de nuevo ante un periodo pragmático en exceso, es, pues, lícita una continuación del contrapunto simbólico correspondiente. La ruptura con la realidad, el oxígeno del alma y del arte.



Plegaría en mi mano de amarilla estalactita
un árbol de sombra y ladridos y estruendos
fugaces más allá de mi oído, repleto de números
sinfónicos y litios menguando toscos en la cama.
Derrumbaría el cincel falaz de quien pretendiera
reír como hace, cajón invertebrado de las cosas
y de sales azules hirviendo, rasgando tu piedra desnuda.
No así el tiempo en función de mi ego, ni el placer,
ni en tu palabra, ni en tu letra mórbida y selecta,
como bien de un todo esparcido en algún donde,
en la espalda de un algo confuso y que reparte
a partes iguales preguntas y paseos estrafalarios;
no así el interés finísimo de un destino, plegado ya,
sin un minuto de favor cristalino de tu ojo
sencillamente porque el espacio no es palabra ni conjunto,
ni tu salud argumento en mi locura.


Francisco Vicente

martes, 12 de febrero de 2013

Gaviotas de latón


Levantar la cabeza y volar
a donde vuelan las gaviotas,
dejar los libros para estudiar
la vida entera desde el cielo.
Ver amanecer sobre la mar
subido a una duna de arena,
mientras mi familia al planear
grazna para alzar el vuelo.
Surcar el cielo y al descansar
posarme sobre una montaña
de basura que solía tirar
cuando miraba a las gaviotas.


Antonio García Vázquez


jueves, 7 de febrero de 2013

Sistema insostenible

Esto es un breve y triste resumen sobre nuestra sociedad. Como podéis comprobar el sistema es insostenible, y sólo nosotros podemos cambiarlo. M.C.

miércoles, 6 de febrero de 2013

La Roma delle luci e dell'arte

A los poetas de mi Generación:

La poesía ya no es cadencia, es escultura. La poesía ya no es ritmo versiculado, su proporción va más allá: la poesía es visual, la poesía es vocal, la poesía es libertad, ¡la poesía puede ser cincelada; puede estar escrita con pincel! Esta debe ser la neopoesía de nuestro siglo, la poesía abstracta, la poesía social de un celofán que nos ciega, la poesía sin límite.

Pittura nella mia stanza

Recorrías a tientas
la habitación de hotel
lloviendo como loca,
amando sonámbula el espectáculo
de luces de neón
                           debajo de la cama.
Mi nombre velaba
tu lengua entre tragos de ginebra
y sorbos de tabaco rubio.
Era amor transcripto, fruto acaso
de la hirviente esquizofrenia
de una juventud viva:
la sentencia en tu boca
de quien no dejará que ya te marches:
“Francisco Vicente”, decías,
y Roma
a ratos no importaba en absoluto.


Francisco Vicente