jueves, 31 de enero de 2013

Manifiesto al Viento

*Leer a gritos*

¡Aquí estoy yo, viento,
esperando a que lances tu tormenta!
¡Aquí te grito, amigo,
en el filo de tu temible barranco!
Dime, huracán, qué te agita,
dime, violencia, por qué ruges,
que quiero gritar contigo
al alba,
que quiero vencer contigo
al amo.
Dime, volcán de aire,
dime, mar de plata,
dónde va despeñándose
el mundo,
dónde va desahuciándose
el hombre.
¡Aquí te pido, hermano,
que me dejes llorar tu llanto violento!
¡Aquí me tiro, barranco,
que no me dejan rimar contigo, viento!

A.G.V.

miércoles, 30 de enero de 2013

"Desnuda, febril, tu esencia"


Me enamoré de un poema
                                                desnudo,
porque se parecía a tu cuerpo.

Aprendí que las palabras
                                             desnudas,
acarician tu alma
                              también con deseo.

Me enseñaste que tu cuerpo
                                             desnudo,
podía ser poesía en mis manos.



Francisco Vicente

martes, 29 de enero de 2013

España



Ahí os dejo un par de vídeos que explican de forma muy sencilla las razones de la crisis española. Cuando los vi, me pareció que la gente debería conocer esto para informarse y saber lo que pasa de verdad, puesto que todo en la vida no es "ropa" y "futbol", y aunque algunos no os deis cuenta, las cosas están realmente mal. Con cortesía... M.C.

viernes, 25 de enero de 2013

Frágil


"Que te tengan pendiendo de un hilo, no los hace fuertes...lo fuerte es en realidad el hilo...y siempre se tiene la opción de soltarlo"   Mercedes Mayol 

Fotógrafo: Sergi Planas

miércoles, 23 de enero de 2013

Delirios de un febrero

[POESÍA ÚLTIMA]

Eres como un beso, amor,
de porcelana, con la distancia abrupta
y etérea
de una mano descubriendo
la gracia que adivino
en el mármol cálido en el que descansan
tus mejillas consteladas.  Hablas
y tu voz trasciende toda
más allá de un átomo de mi pecho;
lo que dices empapa el labio
y atormenta el canto
cada noche, como trueno,
mientras espero impasible que poses
tu pie finísimo
desde el filo de una nube
tocando el divino monte, y vuelvas
mortal,
             trémula,
                            tangible.


Francisco Vicente

martes, 22 de enero de 2013

Amores Lunáticos

Anoche vi a la luna bajo mi ventana,
trotaba por un llano verde,
feliz, salvaje,
blanca entera,
sola.
La luna jugaba al amor con la noche,
jugaba a querer con el prado,
besaba, mordía,
amaba loca,
llena.
Las estrellas todas querían de su amor,
pero sólo había un prado, sólo yo,
rebelde, insomne,
amante fiero,
loco.
Al poco vino el sol y amaneció,
ya no era un llano,
                          era un solar de piedras,
baldío, blanco,
como una cama,
sola.

A.G.V.

lunes, 21 de enero de 2013

sábado, 19 de enero de 2013

El perfume finito

El cinismo es una fragancia que al agotarse, deja sentir su abominable aroma de cadáver putrefacto.
Voy a escribir y recitar aquí,
palabras más hirientes
que este acero flamígero,
el que penetra todo tu hermetismo,
los senos más etéreos
de un suceso jamás acontecido.
Son verdades que sacuden el polvo,
morfina y polvo cínicos,
las sustancias opiáceas
que adormecen el alma putrefacta.
Analgésicos de conciencia sucia,
que emerge de las cloacas
perfumadas de caridad y amor.
Pero, tú ya lo sabes:
                                       Todo perfume es bien perecedero.

Pablo Velasco.

jueves, 17 de enero de 2013

Crónica de una generación

LA REVOLUCIÓN DEL ARTE

Como escritor –si me permiten la licencia-, me pregunto a diario cual es mi papel dentro del contexto literario en general. Soy, querido lector, un hijo de otra época, que sufre en barroco y arraiga en su corazón una vejez que contrasta con mi edad natural, y que, al mismo tiempo, me encadena a la estética del siglo pasado con irrevocable y anacrónica pasión. Como persona –si me permiten también la licencia-, me hago quizá preguntas de diferente índole que, sin embargo, tienen igual importancia que las mencionadas anteriormente y que además, están íntimamente ligadas con, efectivamente, las anteriores. Paseo por el mundo que los hijos de la experiencia –no poetas solamente- nos dejaron como generación. La divulgación del menosprecio al conjunto de la juventud, lo que ellos llaman generación desecha, no es más que, por si no lo recuerdan, la generación que ha heredado una deuda global y de dimensiones macroexpansivas que no es capaz de solventar, precisamente por el obcecamiento en mantener la educación que llevó a su conjunto al desastre.

Verá, últimamente he estado obligado a tratar de frente con la expresión “hijo de tu tiempo” por cuestiones laborales.
La expresión es en arte tratada casi como una obligación, un imperativo del canon estético, un grito de Erato, un portazo en la cara.
Pero algo me impide continuar. Algo en mi interior me frena. O quién sabe, quizás me impulse demasiado lejos.

Dígame, señor lector, -o sólo piense, podré escucharle-, cuántos años necesita un amor para desvanecerse, para resquebrajarse por el uso. Cuándo un misterio de tal magnitud necesita ser renovado.

Los hijos del arte son, por desgracia, unos pocos elegidos. Niños mimados de la historia, que si bien fueron bendecidos por su talento, ¡cuántos otros no pudieron más que ver desde su cloaca el éxito y la fama de sus “seres inferiores” mientras sus contemporáneos sufrían orgasmos intelectuales con su presencia misma!

Zarathustra huyó a las montañas, hasta que su memoria en papel fue recogida por algún curioso amante del morbo, hijo, pues, de su época correspondiente. Y qué decir del señorísimo, poeta greguesco y brillante, oscuro y rebuscado Don Luis de Góngora, cuyo fantasma veló durante doscientos años por el brillo de su obra hasta que, por fin, llegó la generación más brillante y excelsa de poetas jamás vista y nunca más imaginada para desenterrar su nombre maldito y subirlo al altar de los altares.

“El arte –me dijo una vez mi profesora de literatura- es como un péndulo. Cíclico como la naturaleza. Los acontecimientos y su uso recargado siempre invierten su ondulación hasta llevar su peso al otro lado, aunque la transición no siempre es fácil”.

Friedrich Nietzsche tuvo la desgracia de morir de una manera triste y desagradable, sin poder ver en vida cual fue la totalidad de la magnitud de su obra. Cierto es también que en aquella época, aquel occidente de vendas en la cara, -no como el de ahora, por supuestísimo- vio la nitidez y solidez de su argumento y convicción en cuanto a la magnitud de lo escrito como narcisismo. ¡Narcisismo! ¿Era Juan Ramón Jiménez narcisista? ¡No! Un genio como pocos podremos volver a tener nunca. Dijo además de sí mismo que no había logrado en vida poesía pura como la que perseguía en su sueño. Fíjense. Muerto de tristeza.
Y en esos paseos de naturaleza poético-personal me pregunto a mí mismo, a mi yo interior, en qué posición se encuentra el péndulo más allá de mi perspectiva, o la del movimiento que me representa.

Nos encontramos objetivamente en una situación privilegiada en Europa respecto al género poético, eso es cierto. En España se publica poesía, se lee poesía, y existen escritores de renombre en el continente y Sudamérica. De acuerdo.
Todo esto tiene una explicación lícita y contrastada.
¿Qué ha pasado con la poesía europea? Quizá el alemán que escribe no encuentre en una óptica inspiración suficiente para confeccionar un poema de calidad. O coherente. Será que nuestra sangre latina nos da ventaja con respecto a los fríos y calculadores habitantes y poetas de Centroeuropa.

A propósito de la educación, creo que antes debí equivocarme en un aspecto muy básico. La educación no es la misma. Es infinitamente peor. Véase la LOGSE, una política educativa inestable legislatura tras legislatura los últimos dieciséis años, una reducción de las horas lectivas de asignaturas como Filosofía o Historia del Arte, o la especulación sobre la supresión de itinerarios que no perviertan la mente humana con el fin de sobreexplotar el mercado con peones necesarios.

A lo que vengo a llegar, amigo, es que nos guste o no, cada vez más en nuestra sociedad  decae el nivel cultural, hasta colocarnos a la cola de Europa, lejos de las Alemanias o Francias “antipoéticas”.
Y es que la globalización –que es necesaria- en su mal uso puede acusar a la poesía del siglo XX de elitismo. Elitismo.
Pronúncielo en voz baja: e-li-tis-mo. Patético.

Hemos bajado el nivel, queridos lectores. Pero todo está muy bien pensado: si bien el novecentismo llevó el péndulo poético al versolibrismo, entonces un cambio métrico, (blanco, por supuesto) podría favorecer (tapar) el aire despreocupado (falta de nivel) de la poesía de nuestro tiempo. Popularización de la poesía culta.
Eso pasó hace quince años con la música, y en vez del elitista Mahler, escuchamos electro latino en nuestras radios matutinas los domingos. Y es que ese es el canon de belleza musical actual del populacho. Vamos, en poesía, lo que vende.

¿Y cuánto tiempo hemos de aguantar este molesto gusto por la sobrecarga de la silva?
¿En qué situación se encuentra nuestro péndulo?
Amigos, demos un paso adelante. No es tiempo de huir a las montañas. Es tiempo de liberar el arte, encauzarlo hacia la solemnidad, hacia la estética pura –o impura- del arte considerado real.
La juventud artística debe ahora voltear el péndulo a su antojo, o incluso llevarlo más alto en la misma dirección que cursa y superarse.

Es claro que la educación de esta juventud y las venideras es la única oportunidad del panorama global para enderezar su historia misma y posibilidad a medio-largo plazo, con suerte. Y del arte en su extensión más absoluta.

Liberalización del socialismo, me decía un amigo mío, y no socialización del capitalismo es la clave de la solución a la descomposición económica global.
¡Por qué no liberalización del arte! ¿O acaso es apto mi apellido –o cualquiera- para tapar el canto de un espíritu endecasílabo? ¿O blanco siquiera?


Francisco Vicente 

Terapia vital


"El dolor pasa, el sudor seca y el cansancio termina"   Kawat Seyer



miércoles, 16 de enero de 2013

El blanco termina por ensuciarse....

 Estimados lectores, aquí les dejo mi primera publicación en el blog. Espero que sea de su agrado. Un cordial saludo.
                                             
Pablo Velasco


[BLANCO SUICIDIO]

 

(Un golpe atronador)
 
"¿Quién deambula por ahí?"
 
 "Quien intenta librarnos de estos yugos,
los que nos esclavizan
con retorcidos versos".
 
"¿Quién osa razonar?

(Cadenas desatadas)

¿Cómo? ¿Te crees acaso un verso libre?".

(Latigazo feroz)

"No, señor, silva blanca
moldeable a su merced".

"Prohibido razonar,
pues no debes atravesar el límite
que ya se ha establecido".

"Yo deseo libertad".

"Eso no puede ser endecasílabo.
¡Mala suerte, recoge tus cadenas!"

(Sonido de revóver )

 

                                                           Y sus blancas palabras
                                                           tuvieron un final sanguinolento,
                                                           un trágico destino,
                                                           un suicidio fatal.
                                                          
                                                     
                                                           

martes, 15 de enero de 2013

domingo, 13 de enero de 2013

A poesías burdas...

Fórmula de protesta, poesía absurda contra poesía absurda, como ejemplo del inconformismo literario de las generaciones nuevas ante el caos estético de los llamados 'Poetas de la Experiencia' en una, espero, divertida visión. Espero que entendáis el estrafalario poema en su razón de ser, y como tal, os guste.

SILVA CONTRA LAS SILVAS

Lo pongo en jerga experiencialista, para que lo entiendan.

¡Extra, extra! Traigo últimas noticias
del centro intelectual
literario en España.

Hay un filtro nuevo,  duro e inapelable
elitista quizá,
narcisista, puede; más absurdo que otra cosa.

Aquí lo traigo, amigos:
“La poesía ya no es poesía”.

Endecasílabos sólo, por favor,
heptasílabos vacíos,
que en la poesía de hoy en día,
-véase la cacofonía-,
sólo la silva es poesía.

Acentúen mal sus endecasílabos
y no podrá ser arte.

¿Y sólo verso blanco?
¡Basta ya de racismo literario!

Pop, pop, pop, pop, pop, pop, pop;
en escritura y música;
no sabemos qué hacer
así que hay que innovar…

¡Pues nos cargamos la literatura!

Sólo existía en el barroco la espuma,
Y por supuesto,
(impar fue, no te asustes amigo mío)
el hipérbatos es tan, tan vulgar
como encasquetar una palabrota,
putas comparaciones:
¡Pues me saco la verga y hago un poema!

Y es que parece, amigos,
que en la poesía de hoy en día,
-véase la cacofonía-,
sólo la silva es poesía.


F.V.


sábado, 12 de enero de 2013

Cómo se cuenta un cuento

"Lo que más me importa en este mundo 
es el proceso de creación.
¿Qué clase de misterio es ése que hace que el simple
deseo de contar historias
se convierta en una pasión, que un ser humano 
sea capaz de morir por ella; morir de hambre,
frio o lo que sea, con tal de hacer una cosa 
que no se puede ver ni tocar y que, 
al fin y al cabo, si bien se mira, 
no sirve para nada?"
Gabriel García Márquez

Esto es un fragmento del libro Cómo se cuenta un cuento de Gabriel García Márquez. Lo he expuesto como motivación para los escritores de la Generación, no os desaniméis y recordad que esto lo hacéis porque os gusta, y os mueve. Escribid lo que os salga del alma, el mundo onirico no es hijo de vuestro tiempo sino de vosotros mismos.
Desde la mas leal admiración de un lector humilde. 
Miguel Casaú

jueves, 10 de enero de 2013

Generación del Doce.

Y te preguntarás, querido visitante, una vez aquí -pequeño rincón de nube telemática, páramo aleatorio al que has venido a parar- qué será la Generación del 12. Somos, pues, apasionados, bohemios sentimentalistas que ven en su arte un matiz de nostalgia, un racimo dulce en el que posar su alma, más que en ruidos tercos solamente. Somos la juventud inconformista que busca respuestas por sus propios medios. Somos voz nueva para los cantos antiguos de libertad, aquellos que abogan por una educación real y un trato digno de la cultura. Somos los marginados, los revolucionarios del papel; los que piensan, luego estorban. Tú también tienes preguntas que precisan respuesta. Tú también tienes ojos para mirar a tu alrededor. ¡TÚ ERES GENERACIÓN DEL DOCE!

Francisco Vicente.